Armonizar la comida con el vino es realmente un arte. Maridar en el mundo gastronómico significa unir o relacionar cosas, comida y bebidas o diferentes comidas entre si, y no como una amiga mía decía que tenía muchísimas ganas de maridar, pero no encontraba el hombre adecuado. Según el diccionario de la real academia uno de los significados de esta palabra es casarse o unirse en matrimonio. Por lo que mi amiga usaba correctamente la palabra.
En estos días fui a un Paseo Gastronómico que realiza mi amigo Roberto Saba. El tema era comida Vietnamita. Ya que a mi me gusta experimentar, decidí buscar en la web que vinos iban bien con esta comida. Las recomendaciones: Vino blanco tales como Riesling, Cabernet Sauvignon, Gewürztraminer. Como no tenía idea, compre 4 botellas: Casa La Joya, reserve Gewürztraminer 2009. Vision Cono Sur Riesling 2008, Los Vascos Sauvignon Blanc 2009 y Casillero del Diablo reserva Gewürztraminer 2008.
Siguiendo la recomendación de la Adriana Gibbs de su columna en Estampa del 28 de Noviembre, al llegar abrí el vino La Joya Reserva Gewürztraminer como aperitivo. Buena recomendación! No solo bueno como aperitivo, sino que maridó bien con la entrada unos NeM RaM con la salsa nouc cham, la cual por cortesía del Chef, no era excesivamente picante.
La cosa iba muy bien. El segundo plato el PHO BO, sopa con camarones, fue excelente con el Riesling, Vision Cono Sur. Vino que tiene la cortesía de presentarnos a su creador en la etiqueta. The winemaker Adolfo Hurtado. Este vino vale la pena por si solo. A esta altura estaba fascinado. Los vegetales en su punto exacto de cocción y las hierbas y especies correctas. El maridaje iba de bien a mejor. Pensé: Voy fino. El momento de la verdad llegó. El plato final. Bo Kho, que es un guiso de ternera sutilmente picante marinado con malojillo, gengibre, anís estrellado, acompañado con arroz Basmati y ensalada mixta con mango. El vino escogido: Cabernet Sauvignon Los Vascos. Uyyyy, que desastre. Como en la vida, no todos los matrimonios van bien. El vino no maridaba para nada con el plato. Contrariado, abri la otra botella, Casillero del Diablo Gewürztraminer. Uppsss Menos aun!. Aquello parecía un mal matrimonio con un amante peor que el marido o una amante peor que la propia. Cosa que usualmente pasa. Afortunadamente, la conversación de los comensales de la mesa superó con creces el mal matrimonio.
Después de un rato contrariado y confundido, sin poder entender, llegué al final a la conclusión de que No todas las parejas van bien (por eso hay divorcios), y no todos los cachos son buenos o mejores (por eso se regresa). Es la Vida. Me quedo con el Riesling, Vision Cono Sur cuya amabilidad de olores y sabores me recordó aquello que una vez ame con honestidad.
Escrito por: Anibal Sierraalta y Graciela Linares