Bebo un vino. Etchart privado Malbec 2008. Es Argentino. Un vino que no esta a la altura de mi depresión. Al fondo escucho Pink Floyd. The Dark Side of the Moon. En la copa, el vino no llega ni siquiera a tocarme. Sus aromas y olores no son como el olvido que busco. Ni como la sutil caricia de una amante, o una promesa inconclusa. Es un buen vino para compartir con aquellos que no queremos compartir, ni intimidar. Un vino para beber en la oficina o con el cobrador del condominio. No más que eso.
No queda otra, sino repetir la oración que me enseño Gregorio Bonmati. Habría que disculparme las imprecisiones por lo de la memoria.
Más o menos dice así:
“Oh Dios.
Escucha las voces de los que nunca han sido.
Ninguno calma por existir.
Si los traes a escena,
Por lo menos,
asegúrales un buen papel”
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