Por fuerza de causa mayor tuve que quedarme este miércoles,
que fue un día lluvioso, en casa.
A la hora del almuerzo, al abrir la nevera y
observar la escases de alimentos, decidí prepararme una sopa de fideos con lo
que hubiera. Recordé que recién me habían obsequiado una botella de tinto
Intipalka de Perú y unos chorizos antioqueños de Colombia. Por lo que decidí
abrir la botella y prepararme, además de la sopa, un par de esos chorizos. Cosa
claro esta, que tengo prohibida por eso del colesterol y los triglicéridos altos
además de la tensión alta.

Intipalka
valle del sol. Del valle de Ica, el Perú. El tinto que probé era un blend 60% Cabernet
Sauvignon y 40% Petit Verdot. Reserva. 2010. A pesar de poseer un alto grado alcohólico
14.5% esto no se siente. Según la contra etiqueta, el 40% de la mezcla recibe
una guarda de 6 meses en barricas de Roble. Esto junto al Petit Verdod hacen
que este vino posee lo que muchos llaman “aromas o sabores a frutos negros”. No
hay presencia de cuero u otros aromas terciarios. Es un vino con un final largo
y unos taninos suavizados y “amables” debido a la mezcla. En resumen es un buen
vino. Muy agradable de tomar.
Mientras
almorzaba con el tinto peruano, los antioqueños colombianos y mi sopa Sanantoñera
pensaba que el estándar de vida, el desarrollo se ve en esos pequeños detalles
como es el disfrutar y combinar comidas y bebidas tanto nacionales como de
otros países. Que un real desarrollo se
ve en la seguridad para todos, en las calles. En los mercados/automercados con
variedad de productos, nacionales, regionales, internacionales. Al alcance de
la mayoría de la población. Y mientras pensaba en estas cosas y almorzaba solo en mi apartamento, robaban otro
apartamento en el edificio en donde vivo….
Amigo, me encanta tu blog.
ResponderEliminarAnabela