miércoles, 10 de octubre de 2012

Laphroaig Quarter Cask

               Siempre me sorprendo como en estas tierras de gracias, que se bebe tanto whisky se desconozca bastante el whisky de malta, el single malt. Venezuela es un país en donde el consumo de whisky, de los blend es altísimo. En general, el venezolano es un “experto”, un “conocedor” iletrado que “sabe” que el whisky de 18 años es mejor que el de 15 y este ultimo mejor que el de 12 o 10 años.

          La cultura del blend se encuentra arraigada profundamente en nuestra sociedad, mas le valga a un neófito no discutir con un experto sobre la calidad de los whisky. 21 años es mejor que 18 porque si!. Anatema quien diga lo contrario. Ese conocimiento profundo solo lo da la experiencia. El experto reconoce entre el “puyao” y el legal. Y prefiere y paga lo que sea por el del 18 años, porque su papá y su abuelo así lo dictaminaron. No más razón que esa. No valen los argumentos de calidad, sabor o excelencia. 18 es mejor que 15 y 15 es mejor que 10. No se discuta más. Santa palabra de Dios.

          Personalmente he constatado, que el mundo de los single malts va mas allá de esas aseveraciones bíblicas de los años. Whiskys de 15 años son mejores, pero mucho mejores que los de 18. He aprendido que la calidad del whisky no solamente viene dada por los años que pasa en barrica, sino también por la zona o lugar en donde fue elaborado. Por el tipo de barrica que se empleó. Que no se puede juzgar simplemente por la edad. Los single malts de la región de Speyside no tienen nada que ver en cuanto aroma y bouquet con los whisky de la región de Islay. Yo personalmente soy un amante del Glenfiddich 15 años, de la región de los valles de Deer, en el corazón de las tierras altas o Highlands. Pero este excelente whisky no puede ser comparado, no tiene sentido, con el Laphroaig de 10 años de  la región de Islay. Son cosas totalmente diferentes. Es como comprara un color con otros. Este ultimo whisky es como decia Mark Twain “Demasiado de algo es malo, pero demasiado de un buen whisky es apenas suficiente".
          Recientemente tuve la rarísima oportunidad de probar el Laphroaig Quarter Cask. Este no es un whisky para parrillas o barbecues. No es un whisky para fiestas  o reuniones de amigos o panas. Cuando uno lo prueba, siente inmediatamente un respeto ancestral por algo bien hecho. Es un whisky para disfrutar, para tomarse no más de dos copas. Para maridar. Si, para maridar. Su aroma y sabor en boca, excitan la imaginación, y la mente empieza a imaginar platos, pescados ahumados, arenques, sabor a mar, salmón, un carpaccio de salmón ahumado, ufff tantas cosas. Es un whisky que induce respeto e invita a disfrutar de la comida. Parafraseando a Victor Hugo: Dios solo hizo el agua, pero el hombre hizo el single malt. 

AnatemaSentencia mediante la cual se expulsaba a un hereje del seno de la sociedad religiosa; era una  pena aún más grave que la excomunión porque era desterrado y a su vez era maldecido

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