los
escombros de mi personalidad
no me permiten apreciar el vino que bebo.
Los
recuerdos de las que he amado y sus tristezas,
me
envuelven en un manto de anestesia y turbación.
Sensibles...,
hirientes..., letales…..
Volteo la
mirada hacia los últimos días de mi infancia,
y es
entonces cuando comprendo,
al vino en mi copa
y la profunda soledad de lo
femenino.
Chateau Fourcas-Dumont, Listrac-Medoc 2003.
Gran Vin
de Bordeaux.
Para disfrutar el vino hay que tener la mente despejada, sino los problemas y las angustias como que te bloquean el gusto.
ResponderEliminarSaludos
Gustavo Alfonso
Hombre! No hay que se tan rigidos, vale. A lo mejor eso pasa con la primera copa, pero despues de un par de copillas yo disfruto mucho del vino, vale.
ResponderEliminarBesos a todos
Maricarmen