A veces me dejo llevar por una máxima autoimpuesta: No todo vino económico es malo y no todo vino caro es bueno. Esta máxima me ha llevado a descubrir y sorprenderme con buenos vinos a buenos precios. Pero también a encontrarme con vinos como el 120 Sauvignon Blanc 2008. Vino chileno de la bodega Santa Rita. (has click en la imagen para agrandar).Cuando uno lo prueba, se pregunta si lo que esta tomando es un vino o es una nueva bebida de toronja con algo de aloe vera o con lima-limon, o cualquier otra cosa que la industria de las bebidas “refrescantes” y los publicistas hayan inventado. Recuerdo un artículo de Adriana Gibbs “Degustación sentida y razonada” sobre vinos Sauvignon blanc. En ese momento se cató, por un grupo de 4 personas, el Santa Rita 120, 2007. El resultado tanto al olfato como al gusto fue: al olfato (cito textualmente) “dificultad para apreciar sus aromas, obviamente hubo una evolución inusual en la botella", y al gusto: "Dificultad para apreciar frescura; se advierte que hubo una evolución inusual en este sauvignon, subraya el jurado”. Debe ser que este vino cosecha 2008 sigue fiel al principio de tener “una evolución inusual” en botella como su predecesor.
El segundo vino degustado en la tasca fue Misiones de Rengo, Carmenère, 2007. El productor recomienda beberlo entre 15 a 17 grados. Que puedo decir. Lo probé sin decantar y después de decantado. A 16 y a 18 grados (haz click en la imagen para agrandar). En boca es superficial, sin estructura, ni profundidad, Tosco. Al igual que el Cabernet de la misma Bodega, sabe mejor en vaso que en copa. NOTA algo póstuma: Sirve muy bien para festejar en la oficina en vasos plásticos.
El tercer vino, me reconforto. Castillo de Molina, Reserva, Merlot 2007, Valle de Cachapoal. Debo decir que le tengo especial aprecio a estos vinos Castillo de Molina de la viña San Pedro, Chile. Tomándolos fue que me enamore del vino. Son para mí como la primera novia del colegio. Los deje en busca de más complejidades y madurez, al igual que a mi primera novia, Vella. Claro, el nombre es ficticio. Por eso no herir susceptibilidades. Luego nos reencontramos, pero yo estaba como hipnotizado por el fashion de otras viñas. Hoy nos volvimos a reencontrar, y al igual que pasa con el reencuentro con las primeras novias después de muchos años. El encuentro fue muy agradable. Sabroso, suave en boca, buena intensidad, aromas especiados, persistente y lleno de recuerdos. La contraetiqueta me produjo cierta sonrisa irónica. Al igual que las ex novias que mienten un poco cuando uno les pregunta como les va. La contraetiqueta decía: Elegante, aterciopelado, un Reserva que le cautivara (no se a quien cautivara. Igual que mi primera novia!, esta buena pero no es para tanto. Aunque si le preguntan a ella dirá otra cosa) por su gran balance de fruta y madera. Una adquisición brillante. Una adquisición Brillante? Esto me recuerda a Vella. Ella piensa que es lo mejor que le pudo haber pasado a un hombre. Hombre si no es para tanto!!
Hasta la vista y recuerden:
Al pan, pan y al vino, como locos.
Cita anónima